Por ser esta materia de la penitencia tan importante, aunque habéis oído casos notables de ella, os quiero contar lo que cuenta el padre Fray Bernardino de Bustos, de un mozo sensual y distraído que, aunque le aconsejaban muchas veces que se enmendase y mirase por sí y se confesase porque no le sucediese alguna disgracia de muerte, todo era sin provecho porque, llevado de la mala mocedad y mala costumbre, se dejaba vencer de las ocaciones. Vino finalmente su hora y cayó enfermo y, apretado de la dolencia y del temor de la muerte, trató de confesarse y recibir el Santo Sacramento. Como lo recibió, quedando al parecer de buena disposición para la muerte, y al fin murió. Los suyos llamaron a dos padres de la santa religión del seráfico San Francisco que, con sus oraciones, ayudasen al alma y, con su presencia, acompañasen el cuerpo hasta que el día siguiente le sepultasen. Hiciéronlo así y, estando ambos en una cuadra con el cuerpo rezando algunos salmos y las puertas cerradas, vieron en deshora en medio de la cámara un perro muy negro y muy feo que por entonces no hizo más que dar una bocicada al cuerpo. Los dos religiosos abrieron las puertas y, echándole fuera, las tornaron a cerrar. Pero apenas habían comenzado de nuevo los salmos, cuando con mayor temor y espanto que la primera vez, repentinamente vieron junto así el mismo perro. Tornaron segunda vez a echarle fuera y, echado, cerraron las puertas muy mejor que la primera vez, quedando a su parecer con más seguridad de que no le verían otra vez. Pero engañáronse, porque, cuando pensaron que la tragedia era acabada, comenzó de nuevo y fue que repentinamente vieron en medio de la cámara otro perro mucho más negro y más feo que el primero que con extraña fuerza y osadía se llegó al cuerpo y con rabiosa saña comenzó a ser tal carnicería en el desdichado cuerpo que los religiosos estaban por una parte espantados de la fiereza y crueldad con que le despedazaba, por otra llenos de temor. Finalmente, después de haberle tratado con tan infernal rabia, le tomó en la boca y se lo llevó como si llevara un gazapo y, sin que nadie se le pudiese defender ni quitar, lo traspuso de manera que nunca más apareció ni el perro ni el cuerpo, sino que con esto quiso el justísimo Dios que se entendiese que llevaron el cuerpo los mismos perros infernales que ya en su poder tenían el alma. He aquí en que paró la vida desenvuelta del pobre mozo que acabó presto y, aunque confesado y comulgado, murió tan mal y tan desastradamente que la muerte temporal y la eterna la saltearon en vida. Y para librarnos de tan grandes males os aconsejo que procuréis que la enmienda de la vida acompañe el uso de los sacramentos.
Análisis de algunos elementos del texto en quechua:
El sufijo paqta nos indica pertenencia, pero que es hacia los demás. Hay dos ejemplos en el texto:
"rikuranku huk hatun allqu millanaypaqta"
Vieron un grande perro de desagradar.
Es decir, pertenece el efecto "desagradar" al perro, pero afecta a otros.
Distinto es el sufijo de pertenencia q/pa:
Paypa wasinqa: La casa de él.
Es decir, pertenece solamente a ese sujeto sin afectar a nadie más.
Otro ejemplo de paqta:
"Qullananmantapas aswan manchakuypaqta": más de temer que el primero
Advertencia: esta función de paqta es cuando es un sufijo, cuando está sólo en el texto cumple la función de interjección Paqta: ¡¡¡Cuidado!!!
En el texto se observa en la parte final en la que dice:
"sacramentokunawan paqta purichun"
Cuidado que caminen (vayan) con los sacramentos.
Expresiones comparativas:
"Qullananmantapas aswan manchakuypaqta"
manta se traduce como "que"
aswan "más"
Qullanan: primero
Es más de temer que el primero.
Si en vez de aswan colocamos pisi nos queda una comparación de inferioridad:
"Qullananmantapas pisi manchakuypaqta" Es menos de temer que el primero.
Otros sufijos:
-tiyapayaspa:
paya indica frecuencia en el verbo, tiyay es asentarse, asentarse o estar con frecuencia es traducido como "acompañar"
-Diosta much´apuchkaptinsi
Dios-ta much´a-pu-chka-pti-n-si:Cuando a Dios lo adoraban
El sufijo pu: indica que la acción es "a favor de " puede ser traducido como desinencia de tercera persona del singular. Adorándolo.
-pacha en verbos expresa "acabar de"
"Chayhina yuyasqanpachas..." Así habían acabado de pensar... (un perro más negro aparece)
-tawan, en sustantivos expresa "también a"
"animan ukhuntawan apakusqanrayku"
porque tambien a lo profundo se había llevado su alma.
Análisis de algunos elementos del texto en quechua:
El sufijo paqta nos indica pertenencia, pero que es hacia los demás. Hay dos ejemplos en el texto:
"rikuranku huk hatun allqu millanaypaqta"
Vieron un grande perro de desagradar.
Es decir, pertenece el efecto "desagradar" al perro, pero afecta a otros.
Distinto es el sufijo de pertenencia q/pa:
Paypa wasinqa: La casa de él.
Es decir, pertenece solamente a ese sujeto sin afectar a nadie más.
Otro ejemplo de paqta:
"Qullananmantapas aswan manchakuypaqta": más de temer que el primero
Advertencia: esta función de paqta es cuando es un sufijo, cuando está sólo en el texto cumple la función de interjección Paqta: ¡¡¡Cuidado!!!
En el texto se observa en la parte final en la que dice:
"sacramentokunawan paqta purichun"
Cuidado que caminen (vayan) con los sacramentos.
Expresiones comparativas:
"Qullananmantapas aswan manchakuypaqta"
manta se traduce como "que"
aswan "más"
Qullanan: primero
Es más de temer que el primero.
Si en vez de aswan colocamos pisi nos queda una comparación de inferioridad:
"Qullananmantapas pisi manchakuypaqta" Es menos de temer que el primero.
Otros sufijos:
-tiyapayaspa:
paya indica frecuencia en el verbo, tiyay es asentarse, asentarse o estar con frecuencia es traducido como "acompañar"
-Diosta much´apuchkaptinsi
Dios-ta much´a-pu-chka-pti-n-si:Cuando a Dios lo adoraban
El sufijo pu: indica que la acción es "a favor de " puede ser traducido como desinencia de tercera persona del singular. Adorándolo.
-pacha en verbos expresa "acabar de"
"Chayhina yuyasqanpachas..." Así habían acabado de pensar... (un perro más negro aparece)
-tawan, en sustantivos expresa "también a"
"animan ukhuntawan apakusqanrayku"
porque tambien a lo profundo se había llevado su alma.
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